sábado, 8 de octubre de 2016

RESUMEN/DEVOLUCIÓN del curso Desde la práctica asistencial a la participación comunitaria

Esta formación se plantea desde la necesidad de dotar de sentido práctico el aspecto comunitario de nuestra labor como profesionales de la salud.

Ha constado de 4 sesiones dinamizadas por Estefanía ZARDOYA y Javier ENCINA (impartidas en Ferrol afinales de septiembre y principios de octubre):
  1. Ilusionismo Sanitario: Autogestión de lo cotidiano en salud
  2. Participando con y desde la gente
  3. Culturas populares: espacios y tiempos cotidianos
  4. Desempoderamiento comunitario y autogestión de la vida cotidiana
Este resumen es una propuesta de Estefanía Zardoya...

Desde las instituciones educativas, es decir, desde la escuela infantil hasta la Universidad y el resto de organismos que imparten la formación convencional, se nos ha planteado el aprendizaje, encaminado a formar personas para atender a las necesidades del mercado de cada momento de la historia, desde un punto de vista eminentemente individualista bien como parte de una línea de producción en serie bien evolucionando hacia grupos de trabajo por proyectos y desarrollo por competencias que, lejos de potenciar una actitud colaborativa como a priori pudiera parecer, nos invitan solapadamente, a la competición, ahora en grupo (de competencia, competir), para satisfacer las necesidades del mercado que precisa de creatividad pero no para favorecer que la gente autogestione su vida cotidiana sino para mantener una sociedad de consumo sin armonía con su entorno social y natural. Podríamos  pensar que esto no tiene mucho que ver con la Medicina Comunitaria y sin embargo está íntimamente relacionado puesto que formamos parte de un sistema complejo  (Teorías de la complejidad, Edgar Morin, 1977; Michell Waldrop, 1994) producto a su vez, de una gran diversidad de sistemas que operan e interactúan de manera simultánea. Si olvidamos esto, favorecemos un modelo de sociedad a la que nos conducen el mercado y el estado y por la que nosotros nos dejamos conducir y que está teniendo unas consecuencias devastadoras en la salud de la población (enfermedades cardiovasculares, cáncer, iatrogenia, trastornos psiquiátricos, medicalización de la vida cotidiana…).

Partiendo de esta perspectiva de lo que nos rodea,  el curso ha pretendido ser un simulacro, algo vivencial, donde se experimentaran las distintas formas de resolver los problemas a la hora de trabajar con la comunidad; individual/grupal/intergrupal/colectivo,  donde se diera prioridad a las formas de relación más que a los contenidos, donde se expusieran distintas propuestas en torno a un tema para invitar a la reflexión y no simplemente una ocasión de verter contenido en las personas haciéndolas pasar de un dogma a otro, donde se respetaran los silencios y los tiempos de cada uno, su deseo o no de compartir en colectivo en cada momento, es decir, como en la vida cotidiana. Esta es la propuesta hecha por el Ilusionismo Social tras su experiencia en diferentes procesos de participación llevados a cabo en lugares diversos  a lo largo de los años y no es una experiencia sólo teórica sino práctica como hemos podido comprobar aún a pesar de las dificultades que supone el formato de un curso de 16h con respecto a un proceso de meses/años.



A lo largo de estos días, desde mi perspectiva hemos debatido sobre temas muy interesantes de cara a trabajar desde el punto de vista comunitario. Cabría resaltar algunos:

El ilusionismo social no es una metodología, sino una forma de trabajar con y desde la gente, sin objetivos a priori, a partir de una reflexión desde la complejidad y en los espacios y tiempos cotidianos; que son donde se generan las culturas populares por repetición creativa con sus formas de relación. Se trata de alejarse de un camino predeterminado, previamente hecho, transitado, ir construyendo junt@s usando  herramientas que existen( carteles del reparto, telenovela Pasión de Palomares, tendedero de los deseos…), construyendo otras adaptadas al proceso concreto, entendiendo que la interrelación marca nuestra vida y que unas cosas se mezclan con otras, poniendo en valor las culturas populares como fuente de conocimiento valiosísimo porque su sabiduría reside no sólo en el fondo sino también en la forma y porque no responde a necesidades del estado ni del mercado sino a la necesidad de la gente de compartir la vida cotidiana.

Cuando hablamos de ilusionismo sanitario nos referimos a introducir la complejidad mencionada en temas de salud, porque ésta no se puede entender al margen de la sociedad (incluyendo la cultura), la economía o el medio ambiente. Las personas en sus relaciones con el entorno y manteniendo alineados en pensar/sentir/hacer,  construiremos o no nuestro estado de bienestar biopsicosocial (definición de salud de la OMS). Además se pretende ir un paso más allá, entendiendo esto como una forma de construir colectivamente la autogestión en salud, desde el desempoderamiento comunitario que propone que los pacientes se conviertan en sujetos activos de su propia salud, que compartamos, pacientes y sanitarios, los conocimientos que tenemos; de la cultura institucional( medicina alopática) ,de la alternativa( acupuntura, homeopatía, reiki…), de las culturas populares( medicina natural) y que los profesionales sanitarios, siendo conscientes de que cada uno es el máximo conocedor; de su vida, de su cuerpo, de su historia, de sus saberes…, hagamos dejación de poder hacia abajo, construyendo juntos la salud comunitaria, abandonando el papel de salvadores de los demás. No seremos la autoridad sino dinamizadores de procesos de participación ciudadana en temas de salud, con y desde la gente, trabajando las formas de relación, compartiendo la responsabilidad y la toma de decisiones.

Entender las diferentes formas de participación que se pueden dar en un proceso de construcción colectiva en salud, nos permitirá entrever qué tipo de sociedad estamos ayudando a generar como profesionales sanitarios. Una sociedad medicalizada y dependiente del sistema sanitario, con usuarios de consumo en forma de servicios sanitarios y tratamientos o bien una sociedad saludable que distinga la enfermedad de lo que no lo es, se autogestione y participe colectivamente en la construcción de la salud de la comunidad. 
 Si  queremos empezar un proceso de participación en el que “se cuente más con la gente”, debemos pensar que no somos la primeras personas a las que se nos ocurre algo así. Además, tendríamos que saber que las formas en las que se han hecho procesos de participación las podemos resumir en tres:
  • La primera sería trabajar por y para quien nos paga. No tenemos que preguntarnos nada, ni trabajar con nadie; sino hacer lo que nos han mandado, o cumplir los objetivos que nos han marcado o nos hemos marcado previamente. Ejemplos: Gacela, escalas que cumplimentamos, objetivos impuestos por la administración…En el fondo, nos acercamos a la gente para conseguir algo de la gente (información, dinero, atención...).
  • La segunda sería trabajar por y para la gente. No tenemos porqué preguntarnos nada que no esté ya contestado por nosotros mismos o en los objetivos, ni trabajar con nadie que no esté en nuestro círculo o en el plan de acción. Lo que tenemos que hacer es conocer qué necesita la gente y dárselo. Ejemplos: hacer un estudio de “necesidades” y tras nuestro análisis montar un grupo de trabajo en EPOC, Diabetes, adolescentes…En la práctica haríamos básicamente lo mismo que en la primera forma, pero al hacerlo lo haríamos “pensando en la gente”, queriendo aportar algo.
  • La tercera sería trabajar con y desde la gente. Dinamizando para que la gente (pacientes, sanitarios, personal de administración y servicios…) sea las protagonista de su propia vida cotidiana (vida diaria donde la salud forma parte), para que la autogestione(la maneje por si misma) y a partir de ahí, vaya construyendo cómo quiere que sea su centro de salud, su hospital de referencia, su barrio, su pueblo (de forma dialéctica: proponiendo, debatiendo colectivamente y llevando a cabo, en grupos, las diversas propuestas decididas).Ejemplos: Plan del parto, ELA, Procesos de ayuda mútua, unidades de HADO…

Al conocer las experiencias llevadas a cabo en lugares como Palomares, Olivares, Las Cabezas, México, Buenos Aires…con esta forma de hacer del Ilusionismo Social a lo largo del tiempo, hemos podido, a lo largo de este curso, empezar a pensar en una caja de pensamiento más amplia, a sentir y hacer como un todo, sin fraccionarnos, debatiendo junt@s, permitiéndonos soñar con construir algo diferente en lo sanitario también, pasar de la seguridad de lo posible a la esperanza de lo imposible.

Conocer los diferentes paradigmas en lo referente a la lógica del poder y como relacionarnos con él, nos permite entender como una u otra forma de relación en este ámbito, también conduce a un tipo de sociedad u otra en temas de salud: el  empoderamiento (Coaching), la negación del poder (John Holloway), la dispersión del poder (Raúl Zibechi) y el desempoderamiento (Javier Encina y Mª Ángeles Ávila). La propuesta del Ilusionismo Social es esta última, dejar el poder hacia abajo para generar relaciones horizontales, proponer formas de resolver los problemas donde se valora el disenso (complejidad) como forma de construir colectivamente, de resolver las contradicciones, porque el consenso (modernidad), a menudo, nos aleja del hacer bloqueándonos en el pensar. El consenso es una solución cerrada. El conjunto vacío es parte común de todos los conjuntos. A menudo sólo nos podemos poner todos de acuerdo en nada. El consenso implica pérdida de información. El disenso es una solución abierta. El consenso produce la certeza, el disenso la duda. ‘Dudar’ viene de duo+habitare (dubbitare):el que habita dos mundos. De esta forma se diluirían los conflictos y bloqueos en los procesos.

Hubiera sido más fácil haber hecho lo de siempre y como siempre, haberse presentado como autoridad que expone un dogma para convencer al alumnado, en vez de eso se eligió actuar en coherencia con lo que se plantea desde el Ilusionismo, dinamizar a la gente, respetar los tiempos, aceptar el silencio y abrir el debate para construir junt@s un nuevo paradigma humanista en salud. El ser humano es una entidad viva de gran complejidad en la que la parte física es sólo el lado visible del iceberg, es en relación armónica con el entorno social y natural que le rodea donde el ser humano encontrará un estado saludable.

Para continuar esta formacción de forma gratuita y on line, pincha aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario